domingo, 3 de marzo de 2019

Oda a la muerte


Muerte significa el fin de si mismo, el fin de lo que siempre fue, el fin de lo que valgo para los que me conocen y el comienzo de que sepan ese valor. Hay un Miedo infundado, porque ya sabe que me iba a acabar, que este cuerpo no aguantaría para siempre y jamás llegaría a seria a ser inmortal.

El valor de lo que se es le da significado a la muerte, el parentesco con la visión de sí mismos le da vida a la vida. La vida es translucida todo está al alcance de los ojos. Pero lo que no se ve es lo que siente cuando la vida se va terminando en ciclos, etapas y mutaciones, eso hay que vivirlo.

Un presente continuo construye el futuro y el pasado no representa nada solo vestigios de lo que se hizo y en lo que basamos las habilidades de adaptación, la experiencia y la verdad. Si se pudiera regresar el tiempo no seriamos seres de mismo tipo y por la paradoja del tiempo se habría que volver fieles a vivir el hoy, planeando un mañana y olvidando lo que pesa en el alma: los errores de la inmadurez o los logros que se acaban, ya que de ahí procede a algo más complicado, convexo y necesario.

La muerte no puede más bella! Es el cese de una manera de existir a otra desconocida. Lo que causa el miedo, es estar aferrado a lo conocido y querer extenderlo sin tomar en cuenta que nada es para siempre. Si se tuvo la suerte de nacer, se tiene el premio de morir, ese si lo podemos elegir y si no hay elección pasara de todas formas: es el proceso natural ser humano.

Lo poco que nos refleja la vida es la necesidad de morir en algún momento, la Alegría de vivir una realidad y creer que pase lo que pase ahí está el pase a descansar de “esto” y llegar a dar el último aliento, la ultima cena, el ultimo te quiero.

Las personas piensan que no se pueden morir sin cumplir con lo terrenal antes: estar con sus familiares, ver florecer una empresa, cumplir promesas o hasta mantener un matrimonio. La verdad es que la muerte puede pasar en cualquier momento, es su derecho, es su plan y es su defecto. Al igual que la llegada al mundo, la muerte, no tiene una verdadera fecha de ser, ahí está su magia y la incomodidad que tiene se quita al ver la belleza que contiene.

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